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Tether lanzará USAT, su propia stablecoin regulada

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Tether, el emisor del mayor stablecoin del mundo, ha dado un paso decisivo hacia su integración en el sistema financiero estadounidense con el lanzamiento de un nuevo token regulado, denominado USAT, y el nombramiento de un rostro político clave al frente de su negocio en el país. La compañía, durante años señalada por la falta de transparencia en sus reservas y acusada de ser el refugio predilecto de operaciones poco claras, busca ahora reposicionarse como un aliado estratégico de Washington.

La elección de Bo Hines, antiguo responsable del Consejo Presidencial de Asesores para Activos Digitales en la Casa Blanca, como consejero delegado de Tether U.S., subraya la magnitud de la apuesta. La nueva sede en Charlotte, Carolina del Norte, pretende ser tanto un gesto simbólico como un centro de operaciones: un recordatorio de que la firma quiere ser percibida no como un actor periférico, sino como un jugador legítimo en el ecosistema financiero regulado del país.

La iniciativa llega en un momento delicado. En mayo, Tether afrontó más de 10.000 millones de dólares en reembolsos de su stablecoin USDT, lo que desató el temor a un “mini Lehman” en el mundo cripto. Sin embargo, la compañía ha conseguido capear el temporal y ahora se presenta con una estrategia de doble vía: mantener el dominio de USDT en los mercados globales y, a la vez, abrir un canal estrictamente regulado para empresas e instituciones estadounidenses.

USAT: el nuevo rostro del dólar digital en EE. UU.

El token USAT estará sometido al marco normativo de la GENIUS Act, diseñado para regular activos digitales de forma más estricta. A diferencia de USDT, que circula en mercados internacionales con un grado de supervisión mucho más laxo, USAT nace con vocación de cumplir las exigencias regulatorias estadounidenses y de ser utilizado como herramienta de confianza para compañías que operan dentro del país.

La infraestructura detrás de USAT refleja esta nueva orientación. El token se apoyará en Hadron, la plataforma de tokenización desarrollada por Tether. Su emisión correrá a cargo de Anchorage Digital, uno de los primeros bancos cripto con licencia federal, mientras que Cantor Fitzgerald, un veterano de Wall Street con vínculos estrechos con los mercados de deuda soberana, será el custodio de las reservas y el distribuidor principal.

Paolo Ardoino, director ejecutivo de Tether, ha insistido en que este paso es la evolución natural de la compañía: “Durante más de una década, Tether ha demostrado que los activos digitales pueden aportar confianza, resiliencia y libertad a escala global. Con USAT, aseguramos que el dólar no solo siga siendo dominante en la era digital, sino que prospere”.

La declaración se alinea con el discurso político de la administración de Donald Trump, que ha adoptado una postura abiertamente favorable a las criptomonedas. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, reforzó esa narrativa al afirmar en la Cumbre Cripto de la Casa Blanca que las stablecoins serán la herramienta clave para garantizar que el dólar mantenga su hegemonía como moneda de reserva global.

Entre la oportunidad y el escrutinio

El movimiento de Tether se produce en un contexto en el que las stablecoins han crecido un 34% en capitalización de mercado en lo que va de año, según datos de CryptoQuant. En este ecosistema, USDT sigue siendo el indiscutible líder, seguido de alternativas reguladas como USDC de Circle, que han intentado capitalizar las dudas recurrentes sobre la opacidad de Tether.

Sin embargo, más allá de las métricas de mercado, el verdadero desafío de Tether será demostrar que su apuesta por la regulación no es meramente cosmética. La empresa ha sido durante años objeto de críticas por la gestión de sus reservas y por la falta de auditorías públicas convincentes. Ahora, al vincular su nuevo token a custodios reconocidos y a un marco legal claro, busca enviar un mensaje inequívoco: la era de la informalidad ha terminado.

El nombramiento de Bo Hines no es casual. Su experiencia en la Casa Blanca y su red de contactos políticos le permitirán abrir puertas en un entorno donde el acceso regulatorio es tan importante como la innovación tecnológica. La pregunta es si este giro llega a tiempo para consolidar la posición de Tether en el país antes de que rivales mejor posicionados, como Circle, logren absorber la preferencia institucional.

Un dólar digital con acento privado

En el fondo, la apuesta de Tether refleja una tensión más amplia: la batalla por definir quién controlará el futuro del dinero digital. Mientras los bancos centrales exploran sus propias monedas digitales (CBDC), las stablecoins privadas han demostrado una capacidad de penetración mucho más rápida, impulsada por la demanda del mercado. Para Washington, la paradoja es evidente: si se quiere preservar la supremacía global del dólar, quizá haya que apoyarse en actores privados como Tether, aun a riesgo de cederles protagonismo.

En ese equilibrio precario entre innovación privada y control público, Tether busca ahora legitimidad, y USAT es la pieza central de esa estrategia. Si logra convencer a reguladores, empresas y al propio sistema financiero estadounidense de que puede ser un socio fiable, podría sentar las bases de una nueva era en la que las stablecoins dejen de ser vistas como una amenaza y se conviertan en un pilar del dólar digital.

El mercado, no obstante, será implacable. En un sector donde la confianza lo es todo, Tether deberá demostrar con hechos —y no solo con anuncios— que su promesa de transparencia y solidez está a la altura de la magnitud de su ambición.

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