Empresas

¿Puede Tether mantener su dominio ante la nueva legislación de stablecoins?

Una tormenta regulatoria se avecina en Washington y pone a Tether en el centro de la controversia. El proyecto de ley GENIUS, impulsado en el Senado estadounidense, plantea un futuro incierto para el líder de los stablecoins globales.

Compartir
Compartir

Estados Unidos se prepara para aprobar una legislación sin precedentes en el mundo de las criptomonedas: el “Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins Act of 2025”, mejor conocido como el proyecto GENIUS. De convertirse en ley, marcaría un antes y un después en la regulación de los stablecoins. Para Tether, emisor del USDT y actualmente dominante en este segmento, el desafío es monumental.

El USDT representa más de 155.000 millones de dólares en circulación y se ha consolidado como el principal referente del dólar digital. Pero su éxito no garantiza inmunidad frente a los requisitos que propone esta ley. Según el texto legislativo, cualquier emisor de stablecoins que quiera operar en el mercado estadounidense deberá cumplir con regulaciones estrictas, incluyendo mantener reservas en instituciones financieras de EE. UU., ser supervisado por la Oficina del Contralor de la Moneda, y pasar auditorías mensuales certificadas por sus máximos ejecutivos. A esto se suma el cumplimiento total con las leyes contra el lavado de dinero, condiciones que no encajan fácilmente con la actual estructura operativa de Tether.

Uno de los puntos más polémicos es el tratamiento que se dará a emisores extranjeros como Tether. Si desean operar con clientes estadounidenses, deberán provenir de países con marcos regulatorios reconocidos por el Tesoro de EE. UU. como “equivalentes”. En teoría, esto permite cierto acceso, pero en la práctica, los expertos legales advierten que será un camino burocrático, costoso y con muchas restricciones técnicas y políticas.

Una estrategia de espera y foco fuera de Estados Unidos

Ante este panorama, Tether podría optar por no entrar en el juego estadounidense. Así lo sugieren voces del sector legal como Steve Gannon, quien cree que para Tether, precipitarse sería un error. La empresa, actualmente domiciliada en El Salvador, país con un enfoque radicalmente distinto al de EE. UU. en cuanto a regulación financiera, podría seguir enfocando su estrategia en mercados emergentes y no en el controlado ecosistema estadounidense.

Sin embargo, la ley GENIUS otorga al secretario del Tesoro un amplio margen de discrecionalidad. En teoría, podrían llegar a acuerdos bilaterales con gobiernos como el de Nayib Bukele en El Salvador para otorgar a Tether una especie de «puerta trasera» al mercado estadounidense. Esta posibilidad ha sido duramente criticada por senadores como Elizabeth Warren, quien ve en ello una amenaza directa a la seguridad financiera del país.

Warren argumenta que aceptar como “equivalente” un sistema financiero como el salvadoreño –mucho menos robusto y transparente que el estadounidense– sería una concesión peligrosa. Aun así, no ha conseguido frenar el apoyo al proyecto dentro de su propio partido, lo que indica que, a pesar de sus fisuras, la iniciativa cuenta con un consenso político suficiente para avanzar.

¿Adaptarse o mantenerse al margen?

Tether no ha emitido comentarios oficiales sobre el proyecto, aunque en su documentación legal actualizada este año advierte que el incumplimiento de nuevas regulaciones podría afectar seriamente su operativa. En paralelo, su CEO Paolo Ardoino ha sugerido que la empresa podría lanzar una nueva versión del USDT, creada y gestionada desde una entidad completamente regulada dentro de EE. UU., como una forma de esquivar los requisitos más duros del GENIUS Act.

Pero esta adaptación tendría un coste elevado. Tether debería reestructurar profundamente su modelo operativo, abandonar prácticas como el uso de reservas en metales preciosos o criptomonedas —elementos que el proyecto GENIUS ya excluye explícitamente— y someterse a un control regulatorio constante. No está claro si Tether, una de las compañías más lucrativas del criptoespacio, está dispuesta a dar ese paso.

En paralelo, competidores como Circle y su USDC aguardan con expectativa. Circle sí ha seguido una estrategia de cumplimiento regulatorio desde el inicio y está mejor posicionado para aprovechar la apertura del mercado estadounidense. De aprobarse la ley, podría desplazar a Tether como el principal proveedor de stablecoins en el mundo institucional de EE. UU.

Incluso actores no tradicionales, como Amazon o Google, podrían entrar en escena con sus propios tokens de liquidación. Esto haría aún más difícil para Tether mantener su cuota de mercado global si queda excluido de una economía digital estadounidense que se espera crezca rápidamente bajo el nuevo marco legal.

Incertidumbre en el Congreso y ventajas políticas para Tether

La aprobación en el Senado es solo el primer paso. El texto aún debe pasar por la Cámara de Representantes, y la versión final podría diferir en aspectos clave. Además, una vez firmado por el presidente Trump, serán las agencias federales quienes definan la implementación real de la ley. Este proceso puede tomar meses, si no años, dejando a emisores como Tether navegando en aguas grises.

A nivel político, Tether podría contar con aliados en la administración Trump. El actual secretario de Comercio, Howard Lutnick —ex CEO de Cantor Fitzgerald y ex gestor de las reservas de Tether en EE. UU.— representa un posible canal de influencia para suavizar ciertos aspectos regulatorios. Esto hace pensar a muchos observadores que la Cámara no endurecerá el proyecto, al menos no en una forma que perjudique directamente a Tether.

Conclusión: ¿una batalla perdida o una oportunidad para reinventarse?

Tether se encuentra en una encrucijada. Puede intentar adecuarse a una regulación exigente, costosa y en muchos sentidos contraria a su modelo actual, o puede apostar por consolidarse como el líder en mercados emergentes y mantenerse fuera de la jurisdicción estadounidense. Ambos caminos implican riesgos.

El GENIUS Act representa tanto una amenaza como una oportunidad. Para Tether, la clave estará en decidir si puede —y quiere— evolucionar hacia una empresa más transparente y regulada, o si prefiere mantenerse como un actor dominante en las sombras del sistema financiero global. La respuesta podría definir no solo su futuro, sino el de todo el ecosistema de stablecoins.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *