La industria de la minería de Bitcoin vivió un momento inesperado a finales de 2024 cuando Cango, una empresa china dedicada tradicionalmente a la financiación de automóviles, decidió dar un salto espectacular al mundo de las criptomonedas. Radicada en Shanghái y con un valor de mercado de aproximadamente 363 millones de dólares, esta compañía pasó de operar en el sector automotriz a convertirse en uno de los actores principales de la minería de Bitcoin a nivel global. Su decisión de invertir en 50 exahashes por segundo (EH/s) de poder de minado la ha catapultado a las primeras posiciones de una industria cada vez más competitiva, en la que tradicionalmente destaca un puñado de empresas bien establecidas.
La sorpresa fue aún mayor debido a que Cango nunca había figurado en los foros y eventos habituales del sector cripto. Sin embargo, la compañía cuenta con una trayectoria marcada por la capacidad de adaptación a nuevos mercados y oportunidades, y su incursión en la industria de la minería de Bitcoin confirma esta tendencia de diversificación. Tal como declaró Juliet Ye, directora de comunicaciones de la empresa, Cango ha cambiado de enfoque al menos dos o tres veces desde su fundación en 2010, siempre en busca de negocios emergentes y de alto potencial.
La adquisición de 50 EH/s y un desembolso millonario
Para lograr su ambicioso objetivo de convertirse en uno de los mayores mineros de Bitcoin, Cango gastó 400 millones de dólares en la compra de 50 EH/s. De esa cifra, 256 millones se destinaron a Bitmain, fabricante líder de máquinas mineras, que proveyó los primeros 32 EH/s. Los restantes 144 millones se cubrirán mediante la emisión de acciones para adquirir 18 EH/s de Golden TechGen —una firma propiedad del exdirector financiero de Bitmain, Max Hua— y otros proveedores cuya identidad no se ha hecho pública. Una vez se cierre la transacción, esos vendedores obtendrán alrededor del 37,8% de las acciones de Cango.
Con este plan de expansión, la compañía no solo busca afianzar un nuevo modelo de negocio, sino también aumentar su reconocimiento más allá del sector financiero. Sus acciones, listadas en EE. UU. desde 2018, cerraron 2024 con un valor de 4,56 dólares, lo cual representa un crecimiento de más del 362% respecto al inicio de ese año. Según Ye, la repentina atención mediática e inversora se debe en gran parte a la novedad de que una firma tradicionalmente enfocada en préstamos automotrices irrumpa con tanta fuerza en el ecosistema minero. Este fenómeno ha permitido a Cango ganar una visibilidad que, según sus propias palabras, no habían experimentado en sus años de cotización en bolsa.
Pero la compañía no improvisa. Antes de incursionar en la minería de Bitcoin, Cango ya había realizado diversas operaciones de expansión: facilitó la exportación de automóviles desde China a distintas regiones del mundo, invirtió en la empresa de vehículos eléctricos Li Auto y hasta coqueteó con proyectos de energía renovable y computación de alto rendimiento, en parte relacionados con la inteligencia artificial. La nueva aventura en la minería cripto, no obstante, ha sido la que más rápidamente ha captado la atención del mercado.
La relación con Bitmain y el futuro de la operación minera
A pesar de haber comprado un volumen significativo de máquinas, la compañía reconoce que aún carece de la experiencia necesaria para operarlas sin asesoramiento. En consecuencia, la puesta en marcha de los equipos seguirá bajo la supervisión de Bitmain, que no solo proporciona el hardware, sino también la infraestructura y el soporte técnico en diversos países. Las granjas mineras se encuentran distribuidas en lugares como Estados Unidos, Canadá, Paraguay y Etiopía. Esta dispersión geográfica podría resultar ventajosa para Cango, al diversificar sus riesgos ante cambios regulatorios o precios locales de la energía, aunque también les obliga a dominar aspectos fiscales y legales en varias jurisdicciones.
El objetivo de Cango es, en el mediano plazo, desarrollar su propio equipo de expertos para manejar internamente la operación minera y así reducir los costos que implica depender de un socio como Bitmain. No obstante, la prioridad inmediata es aprender de este gigante de la industria, tanto desde el punto de vista operativo como en lo referente a la optimización de recursos y el ajuste de los equipos a diferentes climas y exigencias de red.
Otro aspecto que seduce a Cango sobre la minería de Bitcoin es su potencial para equilibrar redes energéticas. Si los mineros pueden desactivar rápidamente sus equipos en momentos de alta demanda o escasez de energía, se convierten en una herramienta eficaz para la gestión de las infraestructuras eléctricas en países que buscan estabilizar su red, como ocurre en algunos estados de EE. UU. Durante las olas de calor o frío intenso, cuando sube el consumo de electricidad en hogares y comercios, la minería puede detenerse de inmediato para evitar un estrés excesivo en la red y, además, recibir una compensación por este servicio.
De alcanzarse los 50 EH/s proyectados, Cango podría controlar alrededor del 6% de la tasa global de hash de Bitcoin, que ronda los 823 EH/s. Para ponerlo en perspectiva, grandes mineras como MARA Holdings y CleanSpark poseen, respectivamente, poco más de 47 EH/s y 32 EH/s, mientras que Riot Platforms opera en torno a 26 EH/s. La incursión de Cango, por tanto, altera visiblemente el mapa de poder en la minería de Bitcoin y confirma el fenómeno de consolidación en esta industria, en la cual las operaciones a gran escala se convierten en la norma para enfrentar la creciente dificultad y la necesidad de hardware especializado.
En cuanto al futuro inmediato, la estrategia de la compañía para su reserva de Bitcoin dependerá, según Ye, de la evolución del mercado y las condiciones macroeconómicas. La firma no descarta vender parte de lo minado en momentos estratégicos para capitalizar ganancias o reacomodarse a las fluctuaciones propias de la criptomoneda. Tan solo en noviembre, Cango minó 363,9 BTC, valorados en cerca de 35 millones de dólares al momento de escribir estas líneas, lo que ilustra con claridad la rentabilidad potencial de su enorme inversión si el precio de Bitcoin sigue una tendencia alcista.
El paso de Cango a la minería de Bitcoin añade otra capa a su conocida versatilidad. Desde la concesión de créditos para automóviles hasta la experiencia en exportaciones y energías renovables, la compañía pone de manifiesto la importancia de renovarse y adaptarse a las transformaciones del mercado global. Al adentrarse en el universo cripto, Cango podría estar abriendo una puerta a una nueva era en la que firmas de sectores tradicionales se animan a incursionar en negocios que, hace pocos años, parecían reservados solo para los más conocedores de la tecnología blockchain. Con todo, el desenlace de esta apuesta dependerá en gran medida de cómo evolucione el ecosistema de las criptomonedas y la facilidad con que Cango se consolide como una de las nuevas potencias mineras del mundo.