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Bittensor (TAO): El proyecto cripto de Inteligencia Artificial más detacado

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Desde su aparición en 2021, Bittensor ha mantenido un perfil relativamente discreto en el ecosistema cripto. Sin embargo, en los últimos meses, el proyecto ha empezado a ocupar titulares y generar un entusiasmo creciente entre inversores, desarrolladores y expertos en inteligencia artificial descentralizada. Con una revalorización del 60% en el precio de su token nativo, TAO, en el último mes y un creciente interés por parte de fondos especializados, Bittensor parece estar atravesando un momento crucial que podría marcar un antes y un después en la convergencia entre blockchain e inteligencia artificial.

La plataforma ha sido elogiada por figuras influyentes en el sector, como Barry Silbert, fundador de Digital Currency Group, quien insinuó en un podcast de The Block que TAO podría convertirse en «el próximo Bitcoin». Además, se ha lanzado recientemente un fondo de inversión líquida centrado en Bittensor, y numerosos fondos cripto ya poseen participaciones significativas en TAO. Este renovado interés coincide con un auge más amplio del entusiasmo por la inteligencia artificial descentralizada, una narrativa que plantea que la IA, por su creciente poder e influencia, no debería quedar en manos de grandes corporaciones o gobiernos, sino distribuirse de forma abierta y colaborativa. Es ahí donde Bittensor se posiciona como una alternativa innovadora.

Una red de incentivos abierta a todos

Bittensor funciona bajo un principio simple pero poderoso: recompensa el valor aportado. Cualquier persona puede contribuir con «inteligencia» al ecosistema ayudando a mejorar sistemas de IA y, a cambio, recibir tokens TAO según la utilidad de sus aportes. Este modelo abierto y sin permisos permite la coordinación de múltiples sistemas de inteligencia artificial de manera descentralizada, lo que lo convierte en un proyecto singular dentro del universo cripto.

Uno de los avances clave que ha catapultado a Bittensor de nuevo a la conversación fue su actualización “Dynamic TAO” (dTao) en febrero. Esta introdujo tokens “alpha” para subredes o aplicaciones construidas sobre su infraestructura, manteniendo el ecosistema centrado en TAO como unidad de valor. Según Mitch Boom, cofundador de Taofu —una plataforma que ayuda a lanzar y financiar subredes de Bittensor— esta actualización transformó por completo las dinámicas del proyecto sin alterar su esencia: todo sigue girando en torno a TAO.

Otro paso fundamental fue la implementación de compatibilidad con la Ethereum Virtual Machine (EVM) a finales de 2024, facilitando así el trabajo de desarrolladores familiarizados con el entorno Ethereum. A esto se suma el listado del token en Coinbase, que aumentó tanto su liquidez como su visibilidad.

Mientras otros proyectos de IA descentralizada como Nous Research, Sentient o Sahara AI están logrando captar grandes sumas de capital (alrededor de 200 millones de dólares en conjunto), muchos de ellos se enfocan en nichos específicos como el cómputo o la inferencia. Bittensor, en cambio, busca funcionar como una capa de coordinación para todos ellos. Joseph Jacks, fundador de OSS Capital y uno de los primeros en respaldar a TAO, destaca que Bittensor ha logrado ofrecer un valor tangible sin haber recaudado ni un dólar de capital de riesgo. Su visión va más allá de la competencia: considera que muchos de estos proyectos deberían integrarse como subredes dentro del ecosistema de Bittensor.

El futuro depende de las subredes — y de sus constructores

A pesar del optimismo, existen riesgos importantes. El mayor de ellos, según Tekin Salimi, fundador de dao5, es que las subredes no logren generar aplicaciones con verdadero encaje de mercado. Para que Bittensor crezca de forma sostenible, es fundamental que algunas subredes generen ingresos por sí mismas y no dependan de una inflación sostenida del token TAO. Esta preocupación no es menor: dao5, junto con Digital Currency Group (DCG) y Polychain Capital, fue uno de los primeros inversores institucionales en TAO, y actualmente DCG es el mayor poseedor del token con aproximadamente 500,000 unidades —equivalentes al 2,4% de la oferta total— valoradas en unos 175 millones de dólares.

Más allá del capital, estos actores también participan activamente como validadores dentro de la red, un rol clave para el mantenimiento y seguridad del ecosistema. Robert Myers, CEO de Manifold Labs y uno de los primeros mineros de TAO, enfatiza que el éxito a largo plazo de Bittensor dependerá de la solidez técnica y funcional de las subredes. Myers, quien dejó de minar en 2024 tras ser el primer minero externo al equipo fundador, señala que sin propuestas de valor concretas, las subredes no podrán sostener el crecimiento de la red.

La comunidad minera también juega un rol central. Sami Kassab, socio de Unsupervised Capital, advierte que si los incentivos para minar disminuyen o surgen alternativas más atractivas, el rendimiento de la red puede resentirse. Para él, Bittensor, como Solana o Ethereum en su día, necesita mantener a sus operadores de élite para seguir siendo una plataforma atractiva para desarrolladores. Su fondo, centrado exclusivamente en Bittensor, busca precisamente identificar subredes con alto potencial, tokens infravalorados y equipos con propuestas innovadoras dentro del campo de la IA descentralizada.

A pesar de todos los desafíos, algunos observadores creen que el ecosistema está madurando. Max Bronstein, uno de los primeros inversores en TAO y exmiembro de Coinbase Ventures, destaca que en el último año ha aumentado notablemente la calidad de los desarrolladores que se suman al proyecto. Mitch Boom, por su parte, relató que durante el primer evento oficial de Bittensor, llamado Endgame y celebrado en Austin, el ambiente entre los constructores era muy positivo.

En definitiva, Bittensor representa una apuesta ambiciosa: un sistema que recompensa directamente el valor aportado al progreso de la inteligencia artificial, sin depender de estructuras centralizadas ni de la tradicional financiación de capital de riesgo. Como muchos proyectos en el espacio cripto, la infraestructura ya está desplegada. Lo que queda por ver es si las aplicaciones estarán a la altura.

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